¿Es bueno o malo copiar?
Es muy
común escuchar en el ámbito educativo (relacionado a informática) hablar de
copiar y pegar; en las escuelas, los maestros abogan a los alumnos a no copiar
y pegar las tareas encargadas con el fin de ofrecer algo más propio, como fruto
de una buena reflexión o aprendizaje.
Como
definición, copiar es: “representar
o hacer con exactitud una cosa ya hecha, tomando esta como modelo (p.e. una copia
de identificación)”. Se dice que: “ser un buen copiador es un don”, porque no
cualquiera sabe copiar. Pero bueno, una copia queda una copia, nunca será
original porque nunca se le ha ocurrido preguntarse de su origen. La
originalidad es el fruto de la imaginación, de la creación espontánea y se
distingue por ser novedoso; cualidades que la copia carece de.
¿Es
posible ser original hoy en día? Mucha gente da por hecho la ley de conservación de la
materia “nada se crea, nada se pierde, todo se transforma”, aplicándolo también
en todas las áreas como arte, literatura, música por mencionar algunas. Ven
normal el acto de copiar y conceptualizan la originalidad como una combinación
innovadora de viejos elementos.
Cierto
que no hay un trabajo totalmente nuevo por el cual el autor no haya sido influenciado
e inspirado por otro. Si miras un poco
la historia del arte, la música, el cine descubrirás que siempre ha sido así.
Incluso las rupturas radicales se basan en otra cosa. Mas no hay que confundir
copiar con imitar.
Bueno,
regresamos a la interrogación inicial. En el ámbito educativo nos enseñan a
usar las referencias en nuestros trabajos para evitar apropiarnos de algo que
no es originalmente nuestro, en ciertas palabras a “no plagiar”. Más no sólo en
el ámbito educativo, sino de manera general, en todo aspecto de la vida
copiamos.
Vivimos
en un mundo, donde la gente se dedica a copiar
y no imitar. Desafortunadamente, lo hacen sin interrogar o reflexionarse.
Copiamos la manera de ser, de comer, de trabajar, de hablar, de educar, de
vestir, de engañar, de mentir y de pecar de los demás o de las celebridades y
curiosamente, no copiamos de vivir como el Cristo, ¿por qué será? Bueno por
esta ocasión, dejémoslo pendiente de contestar.
Hoy
en día, mucha gente se reprueba en la vida por copiar a otras, sin saber que la vida es como un examen individual,
en el cual, cada quién tiene sus preguntas diferentes para contestar. Has
reprobado y seguirás reprobando hasta que no mires en tu propio examen: ¿Quién
eres? ¿Cuál es tu misión para con Dios?
Una
copia es la reproducción total (o parcial en ciertos casos) de algo, haciéndolo
propio. La copia vive, depende y se hace famosa en detrimento de la original.
El iPhone crea un nuevo diseño, hace publicidad, paga impuestos y, la copiadora
iPhone china aprovecha para vender sus copias.
Conclusión
Entonces,
copiar por ningún motivo es bueno sino, imitar. La imitación es tener
características iguales o parecidas a otra; en otras palabras, es hacer una
cosa inspirándose en otra. Obvio, cada ser humano necesita a alguien o algo en
que inspirarse, ni la luciérnaga que, por ser bioluminiscente no necesita a
otro. Al contrario, no produce la luz para guiarse sino para que la vean otras
(comunicarse) y cuando se siente amenazada, la desactiva.
La
imitación es una inspiración del original, pero no pretende ser igual, y la
copia pretende ser igual que el original o hasta hacerse pasar como original.
Eres
Adidas o “Adadis”, eres la versión original o la china, eres cristiana o “cristina”. Identifícate, sé
más inteligente e imita lo bueno. La copia no sabe su realidad, por ello a
menudo no tiene valor, no tiene una misión ni una visión.
“Sé agradecido para con Dios y, él nunca dejará de servirte”.
“Sé agradecido porque el reconocimiento nutre el alma y la bondad”.
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