viernes, 23 de febrero de 2018

QUÉ ES LA CONVERSIÓN


Convertir 

Para muchos, esta palabra no resulta ser novedoso, la han escuchado en la escuela y/o el mundo de negocio como (conversión alimenticia, de unidades, de energía, de temperatura, etc.) así también en las religiones “la conversión espiritual o simplemente la conversión” es también notorio; de esta última vamos a esclarecer ideas.

¿Qué es?

Es la transformación de alguien o de algo en cierta cosa que antes no era. No precisamente un cambio físico, recordando que el hombre es un ser biofisicopsicosocial; podría ser hasta un cambio de ideología.

Convertirse es cambiar, transformarse. del mundo a Cristo, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida.

En otras palabras, es el cambio de ser pagano a ser cristiano. Es dejar de guiarse por la carne a cambio del espíritu santo. Es también una mudanza del reino de las tinieblas al reino de la luz (Colosenses 1:13). Es volver a nacer (Juan 3:3). Es cambiar del dominio de satanás al de Dios.

¿Cómo es?

La conversión no es solamente, el hecho de ser bautizado o de haber aceptado a Jesucristo o asistir a las reuniones dominicales. Sino, es un proceso que va en la mano con el arrepentimiento. Este último es primordial para que haya una conversión. Es el resultado, el efecto que causa el arrepentimiento. Antes hacía eso y ahora, ya no lo hago.

"ya no lo hago" es la transformación, el cambio que suceda en mi ahora.

La verdadera conversión cristiana no se estanca en un solo lugar, es un proceso gradual de crecimiento y superación que otorga a la convertida, confianza y poder para poder lidiar con sus problemas y contra el autor de la confusión (I Cor. 14:33) y el engañador del mundo entero (Apoc. 12:9).

¿Para qué sirve?

Hechos 3:19 dice: "Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia de Dios."

Ahora, como puedes ver, si quieres que sean perdonados o barrados tus pecados (ojo, no especifican cual o qué tipo de pecado, es decir lo que sea. –¡Qué gran oferta, tenemos por la gracia!) para que puedas acceder al reino de Dios, no nos queda otro camino. Amen 


Arrepiéntete y conviértete para que tus pecados sean borrados. (Hechos 3:19)

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