lunes, 4 de junio de 2018

Hay pecado mayor y pecado menor?





¿Son todos los pecados iguales delante Dios?

Es muy común escuchar que todos los pecados son iguales, incluso he escuchado predicador también mencionando eso. Pero mi duda siempre había sido “no puede ser”, no es justo que aquél que roba un pan pague igual que el que tortura o mata, desde mi punto de vista. Pero sabiendo que, no hay dudas que no esclarece la biblia, me puse a investigar a la luz de la palabra y, hoy se lo comparto.

¿Qué es un pecado?

Es la desobediencia u omisión de un mandamiento de Dios. Se considera pecado todo lo que haces, dices, piensas, omites o permites y, que no agrade a Dios, es decir que va en contra de sus mandamientos. Por lo tanto, lamentablemente, todos hemos pecado de alguna manera.

Nuestro Cristo Jesús dejó claro en Mateo (12:31-32) que hay pecado que puede ser perdonado y por otro lado hay pecado que no será jamás perdonado (p.e la blasfemia contra el espíritu santo), ni en este siglo ni en el venidero. Tal pecado cometió satanás y, nunca le será perdonado. ¿Has pensado en la posibilidad de que Dios podría perdonar a satanás? Pues no, la regla tiene excepción.

Con esto podemos ver que hay pecado de mayor grado o más grave que otro. Otros versículos que lo respaldan son: Lucas 20:47, Juan 19:11, Salmo 28:4, Mateo 5:22 y 1 Juan 5:17 la biblia enseñó que existen niveles de condenación, esto debe significar que existen diferentes grados de culpabilidad, lo cual significa que algunos pecados son merecedores de mayor castigo que otros.

Los pecados son de distintos grados en lo que se refiere al efecto causado o consecuencia; no es lo mismo robar un pan o quitarle la vida a tu prójimo. Dios puede perdonar al asesino, pero no va a impedir que lo meten a la carcel, pues es la consecuencia de su acto. Por cualquier pecado o delito estamos todos sujetos a la justicia del hombre (aqui en la tierra) y la justicia divina (el juicio final de Dios). No olvides que "Todo lo que hacemos aqui en la tierra tiene un eco en el mundo espiritual".

El punto de confusión para mucha gente inicia con Santiago 2:10 que dice “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos”. Cierto es, puesto que el mismísimo Dios que dijo no adores a falsos dioses, no robes, no mientas, no forniques... también dijo: no cometas homicidio. El hecho de hacer uno u otro es desafiar o desobedecer a nuestro Dios. Es decir, sin importar si cometo un pecado menor o mayor soy totalmente culpable de todos los mandamientos. Por lo tanto, cualquier pecado me condena de la misma manera.

 Retomando la interrogación inicial ¿Son todos los pecados iguales delante Dios? No y .

Con respecto al grado, NO. Los pecados no son iguales en grados y, a mayor grado que peques, más te aleja de la gracia y presencia de Dios; y sin la gracia de Dios no hay perdón de pecados y por ende, no hay salvación. Pues, por su gracia somos salvos (Efesios 2:8-9). Supongamos, si por cada vez que digas una mentira te aleja 3 kilómetros de la gracia de Dios, imagínate a un  ladrón o un asesino. -Pero nada es imposible o inalcanzable para Dios-. A mi perspectiva resultaría más fácil que se arrepiente y convierte aquél que roba un pan que un asesino. Porque a mayor grado y cantidad son tus pecados, más te alejan de Dios, al menos que Él con su mano poderosa te rescata, si es de su voluntad y plan maestro. 

¿Has visto alguna vez, alguien tan perdido que se ríe de ti al hablarle de Dios? Que niega retundamente la existencia de Dios? Que se autonombra satanás? Pues, es porque está muchísimo lejos de la gracia y presencia de Dios.  Sus pecados le  han llevado a un estado de corazón duro y conciencia cauterizada (1 Timoteo 4:2). No soy quien para decir que tipo de pecado ha cometido tal persona, pero si son de mayor grados que otros pecados. 

Con respecto a la consecuencia, . Los pecados son iguales en consecuencia porque te llevan al mismo lugar. La biblia no dice que el infierno tiene un lugar menos caliente que otro. Supongamos con un ejemplo muy burdo: Dos ladrones en un juicio, el primero fue condenado por 3 meses por haber robado un pan y el otro fue condenado 30 meses por haber cometido homicidio.

Analizamos este caso:

 A manera de justicia humana
  • No sería justo que los dos fueran condenados por igual periodo de tiempo, así que el juez decidió  bien.
  • Es notorio que el grado de los delitos es distinto, así como el tiempo de la condena, bien hecho!
  • Es notorio que la consecuencia en ambos casos es la condenación a la cárcel, sin importar quien pasará más tiempo.

A manera de justicia divina (final)
  • Ambas personas irían al infierno eternamente. La única cárcel para todos los impíos o pecadores.
  • Es notorio, que son dos sistemas judiciales distintas, pues es vida eterna o muerte eterna. La consecuencia la paga del pecado es la muerte eterna. Ya que no habrá condenación por ni 3 ni 30 meses en el infierno. (Romano 6:23)
  • No sería justo que quien había robado (sea poquito o mucho) a su prójimo, después del juicio final estaría en el mismo lugar con quien nunca había robado.
  • No sería justo que quien había matado a su prójimo, después del juicio final estaría en el mismo lugar con quien nunca había matado.
  • Entonces, en la justicia divina: No importa el grado del delito, ya que se juzgan lo injusto (delictivos) contra lo justo (no delictivos); los impíos contra los piadosos.

Conclusión

Así que, para concluir, podemos ver que no importa el grado de tu pecado porque todos (mayor y/o menor) van al infierno y  la condena es perpetua. ¿Dirías que no es justo? Claro lo es, porque tuviste tiempo para acercarte a Dios, que hace mucha gracia y perdón de los pecados mientras que vives.  REPITO "El puede perdonar todos tus pecados". Aqui en el mundo, la justicia humana no perdona, ni mucho menos corrija como se pretende; pero Dios si lo hace. Y no sería justo que los injustos no arrepentidos estarían en el reino de los justos que sí habían luchado mucho durante su vida, esforzando día y noche para hacer la voluntad de Dios en un mundo lleno de placeres y mundanidades. 

Hermano en Cristo, le aconsejo, de preferencia no peques y, si así fuera, no olvides de arrepentirte y pedir perdón a nuestro Dios misericordioso, que su gracia es infinita. Además no olvides que tenemos un abogado delante del Padre, Jesucristo el justo. (1 Juan 2:1)

La escritura dice que: Dios es justo y no hace favoritismo. Así que, sin duda no puede haber mejor justicia en la tierra que en los cielos. Lo que parece justo para el hombre es injusto ante los ojos de Dios. No puede haber justicia sin la presencia del espíritu santo. Hermanos míos sigamos luchando bajo la gracia de Dios para que su justicia gobierne nuestra vida.


Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, sea el honor y la gloria, por los siglos de los siglos. ¡Amén!

La gracia de Dios




 Dar gracias y ser agradecido

Existe una amplia diferencia entre estos dos conceptos para un cristiano. Dar gracias es lo que hacemos todos comúnmente, cuando alguien nos ha sido útil y, muy pocas veces ser agradecido con esta persona. 

Dar gracias o decir gracias es una expresión de reconocimiento y gratitud, valga la redundancia, que aprendimos desde la niñez a expresar cuando alguien nos ha ayudado o servido o dado; y tiende a ser olvidado desafortunadamente dicho momento conforme pasa el tiempo.

Sin embargo, ser agradecido, es algo propio de cada persona, el resultado de la conciencia y gratitud de apreciar al máximo el momento de que alguien nos ha sido útil, cual nunca se olvidará en nuestra conciencia. Lo considero como un valor muy importante que ayuda a desaparecer todo tipo de ingratitud (ingrato) en el corazón del hombre. 

Hay un proverbio que dice Sé agradecido porque el reconocimiento nutre el alma y la bondad” ¿A quién le gusta ayudar a un Ingrato? A veces somos rápidos en recibir, pero lentos para dar las gracias. Muchas veces, un aplauso, unas gracias o unas palabras de aliento valen más que el dinero, pero los descuidamos. No debemos subestimar las cosas que recibimos y darlas por hecho. En cambio, debemos mostrar gratitud por todo aquello que tenemos y en todas situaciones. En la Biblia existen muchos ejemplos de cómo y por qué debemos ser agradecidos: Salmo 105:1, 1 Tesalonicenses 5:18, Efesios 5:20 y Filipenses 4:6 por mencionar algunos.

Actitud de agradecimiento:
  • 1.       Agradece a Dios de antemano por lo que hará.
  • 2.       Agradece siempre a Dios por todo lo que ha hecho.
  • 3.       Agradece en lo bueno y en lo malo.
  • 4.       No da por hecho nada, agradece aun por lo mínimo que podría parecer las cosas.
  • 5.       Cumples con lo que prometes a Dios (Él nunca se olvida).
  • 6.       Nunca olvides que somos NADA sin Dios, porque sin el nada podemos hacer.
  • 7.       No dejes pasar el tiempo y momento para agradecer.
  • 8.       Recuerda que el agradecimiento nutre el alma y alienta la bondad.
Hagamos que el ser agradecido sea nuestro carácter y no una actitud, porque la actitud es fácil de cambiar, pero el carácter no.


¿Qué es la gracia?

Por otro lado, la gracia va más allá de los anteriores. La gracia es tener misericordia de alguien, dar chance a alguien, dar otra oportunidad a alguien. Supongamos que llegues tarde a tu clase sabiendo que la puntualidad es indiscutible (intolerable, inaceptable, etc) con este maestro y, aun asi te dice: Pase usted y no vuelvas a llegar tarde. Has recibido una gracia de tu maestro. Asi es la gracia de Dios, pero con la diferencia de que es inagotable (Salmo 106:1). Es decir, no tiene límite. Puedes llegar tarde todos los días, ¿qué libertinaje? No, no te confíes, él quiere que tú seas responsable sin tener que imponerle disciplinas como la impuntualidad. Sabiendo que eres tu quien será afectado en el examen final.

Le invito querido lector, No mal gastes la gracia de Dios, cierto es inagotable, pero tu vida, si, es agotable. (2 corintios 6:1)

Dios es igual amoroso que justo. No te equivoques. Donde entra la justicia termina su amor y donde empieza su amor acaba la justicia.

¿Cuál es su finalidad?

La gracia tiene una finalidad o un propósito bien claro, no es porque le pega la gana al quien lo practique, sino es para mantener el lazo de unión, para el progreso, la continuidad de relaciones. En el ejemplo del maestro, probablemente no quiso que el alumno perdiera la lección del dia, que siguiera la armonía del grupo.





“Se agradecido para con Dios y, el nunca dejará de servirte”.