lunes, 26 de abril de 2021

El corazón según la Biblia

 

¿QUÉ ES EL CORAZÓN SEGÚN LA BIBLIA?

Más allá de un órgano vital que late por debajo de nuestra caja torácica, es de gran importancia para Dios. Tiene un significado simbólico para Dios, es lo más importante del organismo (1 Samuel 16:7). En la biblia no se habla tan a menudo de la cabeza o del cerebro, como se podría pensar. En la escuela nos han presentado al cerebro como la unidad de control del cuerpo. Pues, Dios toma siempre como referencia “el corazón” cuando nos habla. Más adelante veremos, que la razón se basa tanto por su anatomía como su fisiología.


Diez características del corazón segú n la Biblia

1.  El corazón tiene vida, es una persona. Jeremías 17: 9-10, Proverbios 17:22, Jeremías 18:12

El concepto corazón usado en la biblia se refiere al ser humano y no el hombre. Se refiere a la conciencia, a la mente, los pensamientos, los sentimientos y al intelecto en general.

“El ser humano, si desarrolla su inteligencia y talento y los utiliza con fines altruistas, verdaderamente llega a mostrar su lado sensible y espiritual. El propósito de Dios, al crearlo a su imagen y semejanza, es que el hombre tenga una misión noble de hacer cosas buenas en beneficio de los suyos y de los demás." Sin autor

El corazón como persona, tiene sentidos ojos, oídos, gustos, emociones y sentimientos. Puede estar alegre, feliz o triste; enamorado u odioso.

Como persona, puede tener defectos y cualidades, engaña, hace lo contrario de lo que dice. Cuántas veces tú tienes la voluntad de querer hacer algo, pero al final no lo hiciste o haces lo contrario. Pablo lo decía en Romanos 7:19-21:  19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

2.   El corazón es una caja o un recipiente. Proverbios 3:3-4, Proverbios 3:1-2, Lucas 6:45, Proverbios 26:23-25

Un recipiente que puede estar lleno de cosas buenas, malas o ambas. Proverbios dice que contiene el libro para almacenar informaciones. Si el corazón almacena, significa, que también cumple funciones de un cerebro.

3.   El corazón tiene que ser íntegro. Salmos 24:4, Salmo 51:10, Proverbios 3:5-6, Mateo 22:37, Salmo 119:10, Salmo 119:2, 1 Reyes 15:3

Para ser íntegro de corazón, se tiene que ser limpio y sin mancha. Refiere a un estado completo u total y, no a medias o en partes. La integridad refiere a dar todo. Darle todo a Dios es darle tanto lo bueno de nosotros como lo malo; él se encargará del resto, de los cambios y transformaciones necesarios. Nos confundimos, al pensar que solamente lo bueno podemos traer delante de Dios, al pretender ofrecer nuestros buenos modales, para no decir apariencias, los domingos en la iglesia con los hermanos, pero dejamos al lado nuestros malos comportamientos para el trabajo, para con los amigos, en la casa, en el vecindario, etc. Estoy seguro, de que a Dios le interesa más todo lo malo que traemos, que cargamos desde hace años atrás, que nos agobia día y noche. Pero decidimos almacenarlos en el fundo de nuestros corazones y nunca sacarlos delante de Dios. Más adelante en este trabajo veremos que Dios es como los pulmones y, lo que le interesa es filtrar la sangre desoxigenada. No podemos andar un día aquí un día allá. La integridad de corazón requiere un cambio o transformación total y completa.

Mateo 15:18 no deja dudas. “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; … Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias…”

Otra cosa sería nuestra vida, si tuviéramos la valentía, si tomaríamos la decisión de entregarle a Dios nuestros corazones íntegramente (de manera total), sacar todo lo que tiene, repito tanto lo malo como lo bueno. “Señor soy mentiroso, desobediente, buen oidor y no hacedor, me dificulta leer y meditar en tu palabra, me cuesta dar desmedidamente, tengo poca fe, sigo teniendo miedo, no puedo perdonar a esta persona, etc. Pero, creo en ti, en tu poder, en tu fidelidad, en tu amor y misericordia, creo en tu Hijo Jesucristo, creo que estás trabajando…”

En estos ejemplos vimos, cualidades y defectos. Cosas malas y buenas que están almacenadas en el corazón. Al sacarlas, damos a Dios la oportunidad de filtrar, de sacarnos lo malo y cambiarlos por cosas buenas (la verdad, la obediencia, hacedor de la palabra, la bondad, etc.)

David lo hizo, tuvo un corazón íntegro e inclinado hacia Dios. Reconoció que era pecador, que no tuvo una juventud perfecta ni integra (salmos 25:7,11, salmos 51:1-10). Aunque todos sabemos que David no era un hombre cualquiera, el caminaba con Dios. Tuvo muchas cualidades digno de ser imitado, pero no se avergonzó en sacar a la luz sus defectos. Entregó todo su corazón en las manos del mejor cardiólogo.

La integridad es la apertura que el espíritu humano adquiere de permitir que la herencia de pecado sea expuesta a la luz; nadie que no esté dispuesto a exponerse ante Dios puede ser integro. (Pastor Pedro Montoya)

El corazón íntegro siempre hará lo correcto, aunque nadie mire. No necesita público ni alabanzas por sus buenos actos, en su firma de latir considera que la integridad es por encima de todo un valor excepcional, una necesidad de vivir en armonía con lo que dicta nuestra propia conciencia. (Valeria Sabater)

4.    El corazón es consciente, de libre albedrío. Jeremías 29.13, salmos 20:4, Salmo 37:4, Mateo 6:21, 2 Corintios 9:7, Proverbios 10:8, Salmo 90:12, 2 Crónicas 12:14

Tiene las capacidades para decidir, elegir, también desea, rechaza. Cuando actuamos con corazón, lo hacemos de manera consciente.

Es libre de decidir donde inclinarse, donde vaciarse, que almacenar en sus cajas (frutos de la carne o frutos del espíritu santo). Es libre de decir cual deseo tiene que buscar cumplir, los que satisfagan la carne, las emociones o los que satisfagan el espíritu. De creer en o no, de hacer lo correcto o lo malo.

5.    El corazón es un tesoro, es fuente de vida. Proverbios 4:23, Mateo 6:21, Lucas 6:45, Salmos 41:6, Mateo 9:4

Un tesoro se cuida para no echar a perder, para no ser robado o comprometido. Jesús dijo en Lucas: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.

Es único y de vital importancia en cada persona. Sin duda, todos sabemos que cuando deja de funcionar o marchar el corazón de una persona durante cierto tiempo, ya no hay vida, es muerte inminente. ¡Cuídalo!

Nadie da lo que no tiene. “Si das mucho es porque eres mucho”

El mentiroso habla puras mentiras, el chismoso habla de toda la gente, el enojado solo habla con ira, el fornicario solo piensa en las mujeres y sexo, el político de la política, el enamorado de su amor o ilusión por la persona a quien ama, el pesimista puras cosas negativas, …y cada uno se justificará por su conducta, por lo tanto, si nuestra plática es del amor de Dios, es señal de que Él habita en nosotros, en nuestros corazones. Por eso los que no conocen a Dios huyen de las pláticas. No pueden evitar hablar de otra cosa porque no se sienten en ambiente.

6.     El corazón debe ser conforme al corazón de Dios. Hechos 13:22; 1 Samuel 13:14.

Así es, Dios también posee este corazón de que venimos hablando a lo largo de esta reflexión. Recuerda que fuimos creados a su imagen y semejanza (génesis 1:26).

Tener un corazón conforme al corazón de Dios nos compete a todos, hombres y mujeres, adolescentes y adultos. Un ejemplo digno de recordar fue David, quien fue ungido como rey por el profeta Samuel cuando aún era un adolescente, aunque no asumió el trono hasta los 30 años. Así describe Dios a David: "Este es un hombre según mi corazón".

David no esperaba ser muy adulto para adorar a Dios. El confiaba tanto en Dios, durante su adolescencia se atrevió a enfrentar y mató al gigante Goliat. Porque creía que nadie podía desafiar al ejército del Dios de Israel y así fue.

Tener el corazón conforme a Dios, sin duda, no es tarea fácil, pero si se puede. Muchos lo han logrado, entonces tu y yo, también podemos.

Para tener un corazón que sea semejante al de Dios, debemos creer y amar a Dios sobre todas las cosas, estar llenos del Espíritu Santo, tener una relación de intimidad con Dios (pasar tiempo a solas con él), y ser obedientes (tanto en las cosas pequeñas como grandes. A Saúl le costó mucho al no obedecer en las cosas pequeñas, cosas que a manera de “juicio del hombre” podríamos decir que no eran tan graves para ser desaprobado por Dios).

7.   El corazón es un espejo de la personalidad. Proverbios 27:19, 1 Pedro 3:3-4, Hechos 8:21-22, 2 Corintios 3:15, Romanos 1:21

Si a los espejos comunes sirven para ver nuestros rostros, pues solo el corazón refleja la verdadera personalidad de alguien, la belleza interior del hombre y no la del exterior.

Para mirarnos en el espejo, se necesita la luz, un corazón entenebrecido no permite cambios, ya que se esconde en la oscuridad de sus pensamientos.

La rectitud no se mide con los ojos, ni con las palabras sino con las acciones.

8.     El corazón crece. Daniel 5:20, 2 Samuel 6:16, proverbios 21:4

¿Cómo es tu corazón: humilde o enaltecido? El crecimiento del corazón se mide con respeto y honradez hacia Dios y los demás.

Cuando dices que yo no puedo hacer eso, no es mi nivel, no soy de esta clase de persona. Cuando dejas que el orgullo te llena y aleja de la sociedad, estas crecido de corazón y padeces de cardiomegalia espiritual.

9.     El corazón es mutable. Ezequiel 36:26, 1Rey 11:9-13, Éxodo 8:32, Hebreos 3:12, éxodo 7:3 y 8:15

Sin duda el corazón se puede cambiar. No estoy hablando de un trasplante o cambio físico, ya que el corazón de que se habla en la biblia es una forma de ser. Algo simbológico, metafórico al corazón físico. El cambio es la transformación de nuestra conciencia. El corazón se puede cambiar tanto hacia lo bueno o hacia lo malo. Se puede endurecer como una piedra y, lleno de soberbia, rencor, insensibilidad, odio y desobediencia. Así también ser blanda como la carne y, lleno de compasión, amor, obediencia, simpatía, etc.  Salomón, por su deseo egoísta de satisfacer los antojos de sus mujeres paganas se desvió de la adoración verdadera inclinando su corazón hacia otros dioses, olvidándose de su Magnífico instructor Jehová Dios.

El cambio no es malo, sino hacia dónde nos inclina el cambio. Son muchos los deseos, pensamientos, emociones y acciones que pueden inclinar el corazón de una persona a hacer lo incorrecto por lo que debemos estar alerta día con día acerca de hacia dónde se inclina nuestro corazón.  Tratar de enderezarlo desde el mismo momento que nos levantamos cada día.

10   El corazón tiene que estar inclinado.  Josué 24: 23, Salmos 119:36, Salmos 119:112

Un corazón inclinado, es aquel que está dispuesto a vaciarse, ser limpiado y rellenado. Pero ¿De qué lado está inclinado tu corazón? Anatómicamente hablando, el corazón está inclinado hacia la izquierda, para así facilitar la recepción de sangre oxigenada procedente de los pulmones y la bombea al resto del cuerpo (aunque no es la única razón). El lado derecho recibe sangre desoxigenada del resto del cuerpo y la bombea hacia los pulmones.

En lo espiritual, Dios nos invita también a inclinar nuestros corazones hacia él. Con razón, a Dios le gusta o fija mucho en el corazón, habla siempre del corazón y no del cerebro o de otros órganos (1 Samuel 16:7). No porque son menos importantes los demás órganos, sino, porque el corazón se asemeja con todas las características del corazón espiritual, que nos habla por medio de la santa escritura.

Lo normal, lo natural debemos de inclinar nuestros corazones hacia Dios, quien es la fuente de vida, los pulmones, de él proviene el oxígeno puro, el responsable de limpiarnos, vaciarnos y rellenarnos de lo útil, de lo bueno y perfecto para nuestro andar día a día.

Pero, también se ha visto casos anormales con posición o inclinación a la derecha. En lo espiritual, desafortunadamente, la mayoría de la gente, padece de esa anormalidad o tiende a inclinarse hacia el lado contrario. Lo cual los dificulta el andar de la vida diaria. Dije inclinarse, porque es una decisión personal, las malformaciones o la inclinación anormal no depende de Dios.

La inclinación nos permite “el vaciamiento” de nuestros recipientes o almacenamientos. Como habíamos dicho anteriormente, el corazón almacena. Pero ¿Qué almacena? Ideas, informaciones, emociones, sentimientos, rencor, compasión, amor, cosas de valor, así como basuras, etc.

¿Qué pasa cuando inclinas un recipiente que está lleno? Ciertamente, se derrama, se vacía su contenido. Más que se inclina, más profundo o completo será su vaciamiento. Y, por consiguiente, más completo será su relleno. Le invito a inclinarse a Dios, al lado correcto y natural. Hagámoslo más y cada vez más hasta alcanzar un vaciamiento completo y así recibir el perfecto y completo relleno de parte de Dios, el Hacedor de la vida. ¡Dios le bendiga!

 



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