Confía Dios en el hombre?

 

Introducción

Antes de exponer mis razones. Veamos la definición de confianza:

Hablar de confianza es hablar de la convicción, la esperanza y de la fe. Cada uno define al otro y cada uno depende del otro.

“La confianza es la esperanza o la fe de que algo suceda conforme imaginamos, o que alguien se comporte o actúe de acuerdo con lo que esperamos”.

Otra definición: “La seguridad en nosotros mismos, la esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe como ella desea”.

Desarrollo

Sin mucha literatura, la respuesta es No.

Dios no confía en nadie al principio hasta que no le hemos demostrado o convencido de ser confiable. En otras palabras, si tu acabas de entablar o establecer una relación con Dios, necesitarás convencerlo para que él confíe en ti. Dios no va a depositar su confianza en ti en lo grande si no le has comprobado que puedas en lo mínimo.

La confianza se gana pasando los tiempos, pasando las pruebas y cumpliendo las expectativas…

Razones muchas hay:

§  Dios sabe que el hombre es mentiroso. A quien se le va a ocurrir de creer en un mentiroso, pues nadie… ni en la tierra ni en el cielo. Números 23:19

§  Dios sabe que el corazón del hombre es engañoso y perverso (Jeremías 17:9).

§  Dios sabe que no hay sinceridad en lo que dicen ciertos hombres que con sus lenguas hablan lisonjas (Salmos 5:9).

§  Si desea más versículos vea: Marcos 7: 20-23, 1 Juan 1:6, Colosenses 3:9-10, Hechos 5:3-4.

Solo algunas

 Solamente en Jesús, Dios había confiado siendo humano sobre la tierra, diciendo “es mi hijo en quien he puesto toda mi complacencia” y, aun así, Dios lo puso a prueba, dejarlo ser tentado por el diablo (Mateo 1-11).

No fueron pruebas simbólicas, eran reales y tenían un porqué. Quizás Dios sabiendo que Jesús en calidad de hombre y con su libre albedrío podría haber elegido otro camino; rendirse ante la adversidad, aceptar las mareantes ofertas del mundo (de poder, de riquezas terrenal) pero, como todos lo saben, él los rechazó y reprendió con poder al diablo en sus tres intentos fallidos. Creo que las pruebas se hacen para despejar dudas y así tener la certeza o confianza.

Ese hecho radica en que Jesucristo era totalmente humano y no como muchos creían, que era mitad hombre y mitad divino en la tierra. Entonces, ¿Es él mitad hombre y mitad divino hoy, en el cielo? Jesús, igual que todo ser humano, nació de una mujer; fue desarrollado y crecido, crecía en estatura, fue a la escuela, trabajaba, comía, dormía… y oraba constantemente. Fueron 30 años de preparación antes de empezar su misión. Él podría haber cambiado y desviado del plan de Dios, como desafortunadamente muchos de nosotros habíamos hecho (incluyéndome) en nuestro viejo hombre, pero no lo hizo. Él fue tentado en todo igual que nosotros, mas nunca peco (Hebreos 4:15).

Conclusión

Las pruebas de Dios sirven para nuestro crecimiento. Para demostrarle a Dios que somos maduros, que podemos aguantar y que confiamos en él. Demostrarle que a pesar de todo seguiremos confiando en él. Así y solamente así, Dios nos confiará grandes cosas, secretos de su misterio. Job, Abraham, Jacob, Moisés, David por mencionar que estos, pasaron pruebas. El rey Saúl siendo escogido por Dios, no logró a pasar las pruebas más grandes y fue desechado por Dios. Si mas no me recuerdo, él tuvo una prueba de quemar todo el botín que había ganado de la guerra, no llevar nada. Y él vio que el botín era bueno y quiso quedar bien con la gente, los permite llevar del botín. Me imagino a Dios diciendo: “si en eso tan pequeñito no puedo confiar en ti Saúl mucho menos si te confío más cosas, más poder bajo la tierra”.

Las pruebas de Dios no son forzosamente desafíos difíciles y problemas complejas, sino toda obra que Dios ha puesto o preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10). Obra que nos incomoda de nuestra postura en el mundo, cuando tenemos que dar aún con lo poquito que tenemos, cuando tenemos que prestar aún cuando sabemos que no nos van a regresarlo, cuando tenemos que pedir perdón aun cuando no tuviéramos la culpa, pagar lo que no debíamos, etc.

Le pido a Dios que le dé a usted entendimiento y fuerza para andar en sus obras y cumplirlas y, no desviar o esquivarlas. En el nombre de Jesús. Amen. Bendiciones