Casi en toda la Biblia se habla de un Dios justo y misericordioso. Justo lo es porque trata a todo por igual, no hace prioridad a nadie por su género, raza, estatuto social, ni color; en otras palabras, no tiene favoritos, ni chiqueados a nadie ni a ningún pueblo que no lo merece. Misericordioso lo es porque perdona fácilmente y, perdona, ayuda a la gente no porque lo merecen sino porque él es bueno. Además, es súper lento para enojar o irritarse. Más aún, cuando se enoja no guarda para siempre su enojo. (Salmos 103:8-9) Por eso, mucha gente duda en la posibilidad de que haya un juicio final. Otros sacan la hipótesis de: ¿Cómo un Dios que es Amor y misericordioso va a castigar a sus hijos? Veremos a la luz de la palabra de qué es y cómo sería el juicio final de Dios.
¿Qué es el juicio final?
Se llama juicio
eterno o final a aquel cuyo resultado tendrá como consecuencias implicaciones
eternas. El juicio eterno será el dolor de cabeza para los ateos, los que no
creen en Dios, los que aman al mundo, los que viven solo por y para el mundo, a
los libertinajes, los mentirosos, los hechiceros, los opresores etc. Pero a la
vez será el momento de alegría, para los santos, para los que tienen sed de
justicia, los oprimidos, esclavos, abusados, maltratados, seguidores de cristo,
etc. La biblia menciona dos tipos de
juicios: el juicio de los justos
y el de los impíos ya que
ambos tienen una finalidad distinta. (versículo)
El juicio final
no será como lo que conocemos aquí sobre la tierra, no es un juicio humano,
imperfecto, corrupto y con parcialidad. Al contrario, será un juicio justo,
perfecto y sin parcialidad. Las bases
del juicio eterno serán: a)
El hijo tiene la autoridad para juzgar (Juan 5:27).
b) El padre entrega todo el juicio
al hijo (Jesucristo) Juan 5:22. c) El hijo basa o hará su juicio conforme
a la palabra de Dios (Juan 12:48; Juan 5:39).
Principios del juicio eterno. Existen cinco principios revelados en la Santa Escritura que fundamentan el juicio eterno. a) El juicio será conforme a la verdad (Romanos 2:1-2). b) No seremos juzgados conforme a lo que sabíamos de justicia sino a lo que practicábamos. c) Nuestras vidas son libros abiertos ante Dios (hebreos 4:3). d) Todas la obras buenas y malas y los secretos de nuestro corazón serán grabados en los libros (Apocalipsis 20:12). e) Solamente la sangre de Cristo puede borrar las obras malas.
¿Cuándo será? ¿Es posible saber la fecha
año, mes, día y hora?
Nadie sabe la
fecha en que va a suceder, de igual manera no se sabe la fecha del regreso de
nuestro señor Jesús. Pero sí, sucederá tiempos después de la segunda venida (regreso)
de Jesucristo a por su iglesia; precisamente después del milenio. Creo que lo
más razonable es prepararnos para la segunda venida, ya que es lo más cercano.
La palabra de
Dios dice en Apocalipsis 20: Después del milenio, todos los muertos desde el inicio de la historia de la humanidad (Adán
y Eva) resucitarán. Satanás será soltado y, en lugar de arrepentirse; querrá
ser valiente y saldrá para engañar a las naciones sobre los cuatro puntos
cardinales de la tierra, a Gog y a Magog a fin de congregarlos para la gran batalla. ¡Ojo! Los muertos de que
se habla son las personas que murieron sin Cristo y por lo tanto no se
resucitaron en el rapto (la segunda venida de Jesucristo); por eso se le hará
fácil a Satanás de convencerlos para enfrentar a Jesús. Los que tienen parte en
la primera resurrección no entran allí, ya que la segunda muerte no tiene poder
sobre ellos, es decir satanás ya no podrá engañarlos. De hecho, esas personas
van a estar gozando de buena vida, en una ciudad (o campamento) junto a Jesús.
Entonces,
sucederá que logre satanás a convencerlos (todos los muertos resucitados), el
número de ellos es como la arena del mar. Y fueron a rodear el campamento de los santos, la
ciudad gobernada por el mismísimo Jesucristo.
¡Qué crees que
va a pasar! No habrá ninguna batalla. Descenderá fuego del cielo y los devorará
a todos. Y el diablo será tomado
y lanzado, ahora sí, al mar
de fuego y azufre, donde también habrán
sido arrojados la bestia y el falso profeta. Dios no tiene tiempo para pelear
contra satanás ya que este no es y nunca será capaz de hacerle frente.
Después
de todo ello, empezarán los
juicios, todos serán juzgados según sus obras y a base de las cosas escritas en
los libros. Lamentablemente, el que no fue hallado inscrito en el libro de la
vida será lanzado al lago de fuego y
azufre (Apocalipsis 20:10-15).
Como mencioné anteriormente, habrá dos tipos de
juicios:
Tanto los
justos (los justificados por la sangre de Jesús, que creyeron en ÉL) como los
impíos (los no justificados, pues no echaron ganas o no quisieron, no creyeron
en ÉL) tenemos que presentarnos. Pero,
pensándolo bien, va a ser como una entrega de calificación para los santos, los
que han sido justificados por la sangre de Jesús. A todos, nos van a presentar nuestras obras durante toda nuestra
vida sobre la tierra. Tanto lo bueno como lo malo. Pero, los justos a
diferencia de los impíos, tenemos un defensor que es el mismo juez, él nos
justificará de todo lo malo que habíamos hecho; Porque tuvimos fe en el
(Gálatas 2:16, Romanos 2.13)
Repito, no va a
ser como los juicios de este mundo. Ningún ser viviente se justificará delante
Dios. No habrá ninguna forma de conseguir un abogado, ni tú mismo te podrás
justificar. Así que, te toca aceptar la sentencia final sea: el castigo al
sufrimiento eterno o el galardón a la vida eterna. (Salmos 143:2)
Dios no quiere
mandar a nadie en el lago de fuego y
azufre, más él es Justo y tiene que hacer cumplir la justicia. Por eso,
nos ha llamado una y otra vez para regresar a él, para arrepentirnos de los
pecados. Pues, aun así, muchos no hacen caso al llamamiento de Dios y otros si
hacen caso.
Primera razón.
- Dios establece su juicio para dar lo merecido a cada quien. Claro que es una
decisión muy dura para él, porque
nos ama a todos, pero lo que no sabe la gente es que Dios es igual de Amoroso
que Justo.
Segunda razón.
– Dios quiere que todos sepan el porqué de la decisión o la sentencia final.
Por eso, en el juicio final, se tomarán el tiempo para enseñar a cada persona
los hechos que había cometido, tanto lo bueno como lo malo y serán pesados en
una balanza para corroborar dicha decisión.
Mas, hago
contar que la decisión final o la sentencia ya había sido tomada desde el día
en que se murió la persona. Si mueres sin Cristo o sin la ley de Dios, en el
pecado sin arrepentirse; ya estás destinado al castigo eterno, porque ya muerto
nada puedes hacer para salvarte. Ni tu familia sobre la tierra puede hacer nada
para que te salvarás. Pero, por lo contrario, si tuviste una vida conforme a la
palabra de Dios, moriste con Cristo o te arrepentiste en los últimos segundos
antes de tu muerte; ya estás destinado a la vida eterna.
¿Quién se encargará del juicio final?
Dios se lo ha
encargado a Jesucristo.
Sabemos que
cristo ha sido un fiel abogado para todos que creen en él. Quien día y noche
nos defiende ante el padre cuando erramos. Pero todo tiene su tiempo, en su día;
ya no será más un abogado; sino “rey”
para reinar con los santos y “juez”
para juzgar a la humanidad.
Al sonido de la
trompeta Apocalipsis 1:7; los muertos en
Cristo resucitarán primero, luego nosotros, los que vivimos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las
nubes, para el encuentro con el señor en el aire. 1 Tesalonicenses
4:16-17. Refuerzo en (Juan 14: 1-3) y
(1Co. 15:50-57)
¿Quiénes serán juzgados?
Todos,
creyentes o no creyentes. Pero, todo creyente en Cristo es justificado por la
fe y recibirá recompensas conforme a su labor como hijo de Dios. El que no crea
ya es condenado. No seremos juzgados
conforme a lo que se sabe de justicia si no conforme a lo que practicas
(Romanos 2:1-2). Nuestras vidas son libros abiertos delante la presencia de Dios.
Todas nuestras obras buenas y malas, todos los secretos de nuestros corazones
todo es grabado en los libros… (Apocalipsis 20:12)
¿Será que en el juicio final Dios hará
misericordia de toda la gente impía o incrédulo?
No se confían.
La biblia deja todo claro, la misericordia de Dios tendrá su fin, ya no habrá
más gracia, porque el juzgará la humanidad con justicia y rectitud.
Algo que he
aprendido es que Dios no es más justo
que misericordioso. Hay un equilibrio entre los dos. El es justo y a la
vez misericordioso. Justo cuando tiene que corregirnos y aplicar su ley, pero
misericordioso cuando tiene que perdonarnos, levantarnos otra vez,
vivificarnos, protegernos, etc. Dios abre heridas, pero también las sana (Job
5:18, Oseas 6:1).
Es como un
padre que después de usar la vara de corrección (para aplicar la disciplina o
la ley a su hijo), le abrazo y le dice hijo ya no llores…por favor ya no
vuelvas a hacer eso. Esa cualidad es heredada de Dios. Pero, qué pasa si un
padre todos los días le dice al niño “por favor ya vuelvas a hacer eso”, por
amor, nunca corrige a su hijo. Pues pierde ese equilibrio, y ese niño tiende a
ser desobediente y desviado del camino correcto.
¿Cómo sería el juicio de final?
El juicio de
Dios será como un examen de un concurso. Donde la calificación aprobatoria es
la excelencia o la perfección (10/10).
Como es de
costumbre, en una clase hay distintos tipos de alumnos, algunos echan las ganas
y otros no. Algunos buscan copiar al maestro y otros buscan copiar a sus
compañeros. Algunos son perfectos (estudia, trabaja, participa, no falta ni
llega tarde), otros cumplen con algunos de los mencionados y, otros no cumplen
con ninguno.
La iglesia de
hoy es como una clase donde desafortunadamente, no todos acuden para aprender.
Mi pregunta es:
¿Los reprobados lograrán entrar en el
reino de Dios?
Estás reprobado
si no te entregas completo a Cristo, ya que él pide la integridad del corazón.
Hubiera sido mejor ser caliente o fría, pero por ser tibia te vomitaré dijo
Jesús en Apocalipsis. Eres tibia si eres un cristiano a media. Repito si tú no
te has entregado completamente a Cristo. (No robas, pero son tus amigos los que
roban; no mientes, pero tampoco dices la verdad, etc.)
Según la
palabra los reprobados se someterán a otra prueba, la gran tribulación. Dios es
justo y no hace favoritismo. Por una centésima o un punto que faltes, estás
reprobado…
Dios nos pide
la perfección porque él lo es. Y, para ello hay que copiarle a Dios y no a
otros.
En fin, creo
que los justos no serán juzgados en sí, más bien se presentarán al tribunal a
recoger su galardón, la ciudadanía, el
diploma o el título como lo quieras llamar que le dé acceso a la vida eterna (Filipenses
3: 20). Además, Pablo dijo: no sabes que
los justos juzgaran a los impíos y a los ángeles…1 corintios 6:3.