martes, 7 de abril de 2020

Todo sobre la Fe


¿Qué es la fe?

La biblia, nuestra máxima autoridad moral lo define de la siguiente manera:la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (hebreos 11:1)

                        Algunos sinónimos de la fe son: confianza, creencia, seguridad.

No hay que confundir la fe con la locura, o la fe con probar a Dios. Como dice Pablo, es la convicción de lo que no se ve. No ocupo la fe para algo que yo pueda ver o percibir con mis sentidos biológicos. Es obvio que, si yo puedo ver la cosa voy a usar mi lógica o mi conocimiento previa para su interpretación, y así de creer o no, de aceptar o no. Si veo que está lloviendo, no ocupo la fe para creer que el agua viene de las nubes. Si hay un tiroteo no se ocupa la fe para saber que es peligroso de salir o exponerse en ese lugar. De lo contrario es una locura. El mismísimo Jesús, a pesar de su plenitud de fe en Dios, no se dejó tentar por las pruebas de satanás. Además, en varias ocasiones querían atraparlo, no se dejó; hasta que llegó el momento, el mismo se entregó “A quién buscan, heme aquí”. 


Otra cosa seria, si ya me encuentro en el lugar y se levanta un tiroteo, por y con la fe, Dios me salvará, me sacará de ese lugar. O también, si Dios me dice sal y salva a las personas, con la fe no me pasará nada. Lástima, mucha gente (hermanos cristianos) no logran entenderlo así.

Usted y yo, no sabemos cuántas veces al día Dios nos ha salvado, librado y/o ayudado sólo por tener fe en él. Una cosa que yo he aprendido es, la fe no se mezcla con el conocimiento y la lógica. De hecho, donde hay conocimiento o lógica no hay fe y viceversa.

Hay veces no hacemos caso a la voz de Dios, porque lo razonamos mucho. ¿Será verdad que fue Dios que me habló? ¿Será buena idea? Ya no hay fe. Repito, la razón y el conocimiento no comparten con la fe. (No te confundas el conocimiento con la sabiduría)

1 corintios 10:28 Pero si alguien les dice: "Esto ha sido sacrificado a los ídolos, no lo coman, por causa del que se lo dijo, y por motivos de conciencia, porque del señor es la tierra y todo lo que en ella hay". Fíjate bien, si tú no lo sabías y nadie te dice nada y lo comieras no te pasará nada. No perdemos nada si no lo comemos, y no ganamos nada si lo comemos. 1 corintios 8:8

Si yo sé que esta bebida tiene veneno, no lo tomaré. Mas si no lo sabia y lo tomé, por fe, la sangre de Jesús me justificará. La fe actúa siempre dónde y cuándo tú no veas, no sabes y no puedes. 

Entonces, podemos definir la fe de estas maneras:

  • La fe es estar a la orden de Dios, estar listo para cumplir sus encomiendas o mandamientos pese a que te duela o no.
  • La fe es creer que Dios, el que te hizo la promesa no te va a fallar.
  • La fe es confiar y hacer algo que Dios te indica, aunque según toda la lógica (barata) humana no tendría sentido ni éxito. Cómo dar 7 vueltas al muro Jericó, ir a la guerra con 40 soldados, enfrentar a Goliat con una honda y piedra, mirar a la serpiente de oro para ser curado, levantar paralíticos solo con el nombre de Jesús, etc. 
  • La fe es estar listo a sacrificarte (tu tiempo, tus bienes, títulos, famas y, la vida misma) para tu Dios.
  • La fe es creer que todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin Él no puedo.
  • La fe es saber que tus problemas o situaciones no son y nunca serán más grandes que tu pacto con Dios por medio de Jesucristo.
  • La fe es saber y creer que no hay nada imposible para el gran YO SOY. El hizo todo lo que quiso y todo lo que quiera, lo hará.
  • La fe es saber y creer que, en medio de la tempestad, ÉL te traerá paz.
  • La fe es saber y creer que, si Jesús está en tu barco, si tu habitas bajo su sombra; nada te pasará. Ni la tormenta, ni la tempestad, ni la peste destructora, ni lo que ves ni lo que tú no ves, nada te pasará.
  • La fe es saber cuándo Dios promete algo, es poderoso para cumplirlo.
  • La fe es creer, que Dios es tu escudo que jamás fallará…no existe armas que la pueden atravesar.
Más grande que es tu fe, mas grande será tu escudo.

Tipos de fe

Se podría decir que hay dos tipos de fe. La fe común o natural y la fe espiritual.

La primera, es la confianza que los seres humanos tienen unos en otros de manera natural. Por ejemplo, al confiar que el taxista te va a llevar a tu destino; cuando haces compras en línea, cuando pagas para una reservación, etc.  Sin embargo, la fe espiritual (fruto del espíritu santo, Gálatas 5:22) que se habla en la biblia es totalmente diferente de la fe natural, aunque ambas son dones de Dios.

El hombre que sólo tiene la fe natural vive al límite de su propio conocimiento y experiencia, o del conocimiento de otros en quienes tiene confianza. Este tipo de fe es frágil y, en cualquier momento puede ser cuestionado u objeto de duda e incluso perdida; cuando se tiene una mala experiencia. Por ejemplo, se ha escuchado gente decir "Ya no confío en los taxistas porque una vez me robaron o me hicieron perder la dirección que iba. Ya no confío en mi esposo..., en las autoridades, en esta empresa, etc." Son resultados de una mala experiencia y se ha perdido la fe que tenían previamente. En esta fe dudar es normal, pues no se puede exigir confianza donde no lo hay.

Por otro lado, la fe espiritual embarca otras cosas más allá de lo común, va a lo desconocido, intangible, celestial, lo misterioso, eterno y subjetivo.  Por esa fe, creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, el mesías que nació de la virgen María, nos dio el evangelio infalible, murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Por esa fe somos salvos y considerados como hijos de Dios, amén. Dudar es anormal para esta fe, ya que esta fe es en Dios y no en el hombre, y Dios no es humano para mentir (Números 23:19). Esta fe es tan convencedora, nada y nadie lo hace dudar. Es decir, si dudas hermano, es porque has perdido tu fe.

La fe espiritual a su vez, podría subdividirse en 3 tipos: la fe apagada o muerta (Santiago 2:17), la fe débil o fingida (1 timoteo 1:5) y la fe concientizada o consciente (1 timoteo 1:19)
  • 1.    La fe apagada es la que tiene cauterizada la conciencia. 1 Timoteo 4:2
  • 2.    La fe débil es la que se estanca durante un largo tiempo y no crece. Es la que finge creer y con un susto se le fue toda esperanza. Mateo 14:28-31
  • 3.    La fe concientizada, es la que usa la conciencia. Esta fe es sana, se ejercita y por ende crece. Está convencida y afirmada, no le entra ninguna duda.
La Fe Consciente no es un dogma, una creencia o una idea subjetiva sin realidad alguna. Por el contrario, es experiencia directa de lo real, certeza inamovible, convicción categórica, vivencial de la verdad, porqué se la ha experimentado en carne propia, en forma directa, objetiva y real. Tener fe consciente no es creer en algo sin conocerlo, por el contrario, es estar seguro de algo porque lo hemos experimentado, es tener la certeza de algo porque lo hemos vivenciado en forma objetiva. Imagínate, alguien vino a decirte que todo era mentira, que Jesús nunca existió, exhibiendo todo tipo de pruebas y/o documentos…, solo una fe concientizada no se dejará convencer ni dudar. Porque, está consciente de que Jesús es real, lo ha sentido o visto u oído y, nada le quitará esa verdad. Recuerda, la fe no duda.

La fe consciente es saber que además de confiar en Dios hay que agradarle. Imagínate confiar en alguien, y a esa persona tu no le agrades. Es obvio, por más grande que podría ser tu fe no llegarás a conmover el corazón de esta persona para atender todas tus peticiones. Pues así también es con Dios y, agradar a Dios es hacer su voluntad.

La fe consciente es inamovible, ha pasado la etapa de la subjetividad a la objetividad; es vivencial y real. Este nivel, debería ser el deseado por todos los creyentes en Dios. Amén 

¿Qué importancia tiene la fe en la vida de un cristiano?

La fe es el tesoro más importante y valioso que satanás busca a diario de robarnos. Sea por medio de sustos, temores, aflicciones, injusticias, impaciencias, etc. ya que él sabe (satanás) que, con ello, se puede conmover el corazón de Dios; mover montañas (no se limita solamente a montañas físicas), hacer milagros y hasta justificar pecados. Por eso es el arma más poderosa que Dios tiene a nuestra disposición.

La fe es necesaria para vivir, para nuestro día a día, es usado a diario en las situaciones que nos enfrentamos, sea para fortalecernos o bendecir a otros. La fe también necesita ser renovada, recargada como la batería de un celular. 2 Corintios 5:7

Se necesita recargarse y lo ideal es mantenerse al 100 por ciento, sabemos que no es tarea fácil. ¿Qué pasa si no se recarga? Pues empieza a descargarse hasta ser apagado, no útil, no funcional. ¿Has pensado cuál es el porcentaje de carga tiene tu fe? Será 99%, 50%, 25% o el 5%?

Necesitamos mantenernos cargados siempre, porque no sabemos las necesidades o emergencias que podamos tener. Hay situaciones o lugares que no nos permitirán recargarnos. Por eso, lo más inteligente es mantenerse cargada para poder resistir en los momentos difíciles, las pruebas largas y persistentes cuando parecía que Dios nos ha olvidado y, así seremos siempre vencedores.

¿La fe puede ser perdida, apagada y robada?

Todo hombre, sea creyente o no creyente, tenemos 4 enemigos en común que son: 1) Satanás y sus demonios. 2) El mundo. 3) la carne y 4) el Yo. Y la fe es lo más valioso que todos estos enemigos nos quieren robar o por lo menos debilitar. Porque satanás sabe su importancia como se menciona anteriormente. Y sin fe, es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan (hebreos 11:6). Así que, no nos queda otro, que cuidar nuestra fe para no ser arrebatada por el o los enemigos.

Mi fe es robada:
  • Cuando creo que yo solo puedo. (Salmos 20:7)
  • Cuando confío más en lo que puedo hacer, en mis capacidades humanas que en Dios. (La confianza en nuestras capacidades humanas es un obstáculo para el crecimiento de la fe).
  • Cuando mi fe no tiene obras. (Santiago 2:14-24)
  • Cuando mi fe no conmueve en ayudar a otros.
  • Si ya no busco a Dios y deje de orar.
  • Si pierdo la esperanza, paciencia y dejarme preocupar más por mis problemas.

¿Cómo defender mi fe?

1. Alimenta tu fe constantemente.
  1. Por oír, leer y practicar la palabra de Dios. (Romanos 10.17). (1 Corintios 1.21).  (Romanos 10.14).
  2. Por la oración y el ayuno. (Hechos 10:30–31), (Lucas 17:5) y (Mateo 17:19-21)
                                                                                     
  3. Por el Espíritu Santo. (Juan 16.13), (Juan 15.26), (1 Corintios 12.9), (Juan 14.26).
                                                                                                 
  4. Por el buen ejemplo o testimonio de otros. (1 Timoteo 4.12).
                                                                    
  5. Conociendo la verdad.

2. Ir al gimnasio espiritual:

Una de las características de la fe es que no se estanca, necesita crecer paulatinamente hasta llegar a ser madura y adulta. Si tuvieras fe como un granito de mostaza…este ejemplo de Jesús no solo debe ser analizado o interpretado de manera cuantitativa sino también cualitativamente. Los granos de mostaza son pequeñas semillas redondas de 1 o 2 mm de diámetro (cuantitativa), pero al crecer llega a ser un árbol gigante y en sus ramas reposan los pájaros (cualitativa). Es decir, no solamente importa la cantidad de fe sino la calidad también. Por algo, Jesús no hizo referencia a otros tipos de semilla.

Al ser llamado por Dios, recibimos una medida de fe (Romanos 10:17) conforme a nuestra madurez, pero depende de nosotros que esta medida crezca y llega a ser útil. Sea pedirle a Dios que te la aumente (normalmente lo hace por medio de diferentes pruebas) o por ejercer la palabra o conociendo la verdad.

De la misma manera cuando vas a un gimnasio para mantener tu salud física, trabajas varias partes del cuerpo como: el abdomen, brazo, muslo, etc. Ir al gimnasio espiritual nos sirve para mantener la salud espiritual o por lo menos para alcanzar “la madurez espiritual”. Es llevar una rutina con actividades que fortalezcan la fe y, a la vez, la mente; como: la adoración, la alabanza, la oración, la intercesión, la lectura y meditación, la predicación, etc. además sabemos que la fe se denomina fruto del espíritu.   
                                                                                             
Todos sabemos que el resultado no es de un día para otro, para ver su efectividad se necesita una rutina, practicándolo continuamente. Es decir, los resultados no se reflejarán al día ni a la semana, sino después de meses de igual manera al gimnasio físico.

Todos los creyentes deberían tener el deseo de crecer espiritualmente por medio de la palabra. Nutrirse al principio por leche y alimento liquido (1Pedro 2:2), pero después se necesitará nutrirse de alimentos sólidos y así alcanzar lo llamado “la madurez espiritual”.


3. No te avergüences del evangelio.

Otra forma de defender tu fe es no esconderla. Pues para que tienes el mejor auto si no lo vas a usar, si no lo vas a sacar en la calle.


¡Dios le siga bendiciendo en su gracia y misericordia!