EL ÁRBOL DE LA VIDA
No es solamente cuestión de religión,
la historia de Adán y Eva, todos lo sabemos; quienes se atrevieron a probar del
árbol de conocimiento y así perdiendo la oportunidad de comer del árbol de la
vida. Mucha consecuencia ha conllevado a la humanidad dicho acto.
La biblia dice que hubo dos
árboles muy importantes en el huerto del Edén: el árbol de la vida y el árbol de la
ciencia del bien y del mal. Este último estaba prohibido (por Dios) consumir de sus frutos, mientras que el
primero y todos los demás árboles que había en el huerto eran permitidos de
consumir. Pero, la curiosidad del hombre lo hizo dudar (que es pecar) y
aceptaron romper esa regla del gran Creador. ¿Cuánto nos ha costado la decisión de Adán y Eva, al elegir el conocimiento en lugar de la vida?
Antes los seres humanos como
todos los animales, vivían sumergidos en el seno gozoso y armonioso de la
creación universal. De manera cálida, deleitosa y en plena armonía, generada
por un haz de energías instintivas como lo denominan hoy en día, vivían en una especie de unidad vital con todos
los demás seres. No sabían de aburrimiento ni insatisfacción ni problemas, no
podrían ser más que felices. Esa felicidad la vivían sensorialmente, es decir,
de manera inconsciente. Y así, el hombre dio su primer paso, en evolucionar o
despertar de la subconsciencia, en elegir el conocimiento
en lugar de la vida, la razón en lugar
del instinto. Tomó consciencia de sí mismo: supo
que era desnudo, supo del bien y del malo, supo quién era… asombrosas cosas
le fueron descubiertas, pero, al mismo tiempo, una desventura con características
casi de catástrofe.
Por primera vez (el hombre) sintió que se le rompían las
ataduras instintivas que lo ligaban al paraíso
de aquel hogar feliz. Comenzó a experimentar la típica soledad de un exiliado,
de alguien que ha sido expulsado de una venturosa patria. Se sintió solitario, porque comenzó a percibir que ahora
era el mismo, diferente de los demás y separado de todos; que ya no estaba
integrado unitariamente en el inmenso panteón de la creación. Y por primera
vez, sintió tristeza, miedo, soledad, vergüenza, etc.
Antes la vida se le daba
hecha, espontánea y deliciosamente; ahora tendría que aprender a dar los
primeros pasos con trabajo y fatiga. Antes el vivir era un hecho consumado,
ahora un arte. Antes una delicia, ahora un desafío. De ahora en adelante, el
interrogante será su pan y la incertidumbre su atmósfera.
La verdad es, este despertar de la conciencia fue
equivalente al drama de un nacimiento: en el vientre materno, la criatura todo
lo tenía asegurado (respiración, alimentación, protección) sin esfuerzo alguno.
Vivía en unidad perfecta con la madre, en una simbiosis plenamente gozosa, sin
riesgos ni problemas. Una vez, sale a la luz, y todo son problemas: para
respirar, desplazar, comer, trabajar, cuidarse, resolver problemas, aprender a
vivir hasta la muerte.
Ahora, resulta que el hombre,
pensándolo bien (es decir tomando conciencia) está arrepentido de tal decisión;
mide con precisión sus posibilidades y también sus impotencias, limitaciones e
imperfecciones, se siente desvalido, impotente e incomprensible para sí
mismo. De ahí le surgen los
interrogantes: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué hacer conmigo
mismo? Y ante todo lo que enfrenta en el mundo, se ha preguntado ¿En qué
dirección huir? Desafortunadamente, ya no puede regresar al paraíso de la etapa
pre-humana, de aquel lugar feliz ya que está clausurada. Y, el hombre comenzó a
experimentar la típica soledad de un exiliado. Viendo cerradas todas las
salidas de la ciudad, el hombre pensó y deseó por primera vez la falsa salida
de la muerte.
Después de todo ello, me
pregunto:
- 1.
¿Realmente Eva necesitaba la sabiduría y conocimiento, por los cuáles fue engañada? ¿Suponemos
que los necesitaba, entonces para qué, si ya tenía todo?
Pienso que, a nosotros, sí, los
ocupamos hoy en día; ya que no tenemos, de manera física, a nuestro alcance “el
árbol de vida”. (Digo de manera física, porque espiritualmente
sí, está a nuestro alcance por medio de Jesucristo). Por lo tanto, usamos la ciencia (sabiduría y conocimiento) para
mejorar y simplificar los quehaceres cotidianos, para aportar soluciones a
problemas con que enfrentamos, para entender la naturaleza, para mejorar la
salud y también, por otro lado, para destruir en cierta forma a nuestro planeta, a la vida de otros.
Pero en aquel tiempo (de Adán y Eva) no era necesario porque ellos tenían todo
lo que se podría imaginar, hasta la presencia del gran Creador “Dios” estaba con ellos.
El árbol de la vida: Como dice su nombre, es la fuente de vida. Hoy en día, todo lo que
hacemos es para sobrevivir o vivir. La vida es la meta y el anhelo de todo ser;
aunque no lo has visto de esta perspectiva, tal vez dirías que lo más preciado
para ti es “la salud” o cualquier otra cosa, pero sin la vida no vale nada lo
que tienes ni tus deseos ni tus logros. Por esa razón, se puede decir que Adán
y Eva tenían todo.
Has pensado que otra cosa seria
el mundo o la humanidad, si ellos hubieran comido primero del árbol de la vida,
el cual ignoraron. Porque así lo dice génesis “hubo dos árboles en el fondo del
jardín “el árbol de la vida y el árbol de la sabiduría-conocimiento” y
tenían permiso de comer de todos los árboles excepto ese último mencionado.
- 2.
¿Vale la pena seguir culpando a la decisión de Adán y Eva?
No mientras que aún seguimos
comiendo y gozando del árbol de conocimiento. Cierto es, el árbol de la vida,
físicamente, no está visible y a nuestro alcance, pero si, está más cerca que
nunca por medio de Jesucristo, la fuente de vida. El verbo de Dios, por medio de quién fue
creado todo incluyendo el árbol de la vida, Él está a nuestro alcance día y
noche, las 24 horas llamando a la puerta de nuestra casa para ser probado.
Pero, la mayoría de nosotros, los humanos obviamente, rechazan de abrirle la
puerta e invitarle a que pase. Me pregunto, hasta cuando seguiremos culpando a
Adán y Eva, tratando de justificarnos. De cierto, hubiéramos también tomado la
misma decisión que ellos. Si no es así, te invito pues, unirte a mí a hacer lo
contrario.
- 3.
¿Y por qué he de optar por el árbol de la vida en lugar del
conocimiento?
Son varias las razones.
a) La experiencia con la decisión tomada por nuestros antepasados
es notoriamente costosa y no la mejor. Por ello seguimos sufriendo, teniendo al
interrogante como nuestro pan cotidiano y vivir en una atmósfera de
incertidumbre.
b) Desde aquel entonces, nuestra conciencia nunca ha estado en
paz, los problemas nunca se acaban, cuando uno se fue otro está ya a la puerta.
El dolor, la tristeza, el miedo, la enfermedad, son lo que reina. Nos privamos
del conocimiento a unos cuantos, todos buscan para sí. “Sálvese quien pueda” nuestro lema. Se ha esfumado la simbiosis, la
amistad y la armonía primitiva entre los humanos y la naturaleza.
c) Apocalipsis 22 nos dice porque nos conviene optar por el árbol
de la vida; razones como:
- Ya no habrá más maldición ni dolor ni enfermedad.
- Ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos”.