sábado, 1 de febrero de 2020

Cuánto nos ha costado la decisión de Adán y Eva?



EL ÁRBOL DE LA VIDA


No es solamente cuestión de religión, la historia de Adán y Eva, todos lo sabemos; quienes se atrevieron a probar del árbol de conocimiento y así perdiendo la oportunidad de comer del árbol de la vida. Mucha consecuencia ha conllevado a la humanidad dicho acto.

La biblia dice que hubo dos árboles muy importantes en el huerto del Edén: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Este último estaba prohibido (por Dios) consumir de sus frutos, mientras que el primero y todos los demás árboles que había en el huerto eran permitidos de consumir. Pero, la curiosidad del hombre lo hizo dudar (que es pecar) y aceptaron romper esa regla del gran Creador. ¿Cuánto nos ha costado la decisión de Adán y Eva, al elegir el conocimiento en lugar de la vida?

Antes los seres humanos como todos los animales, vivían sumergidos en el seno gozoso y armonioso de la creación universal. De manera cálida, deleitosa y en plena armonía, generada por un haz de energías instintivas como lo denominan hoy en día, vivían en una especie de unidad vital con todos los demás seres. No sabían de aburrimiento ni insatisfacción ni problemas, no podrían ser más que felices. Esa felicidad la vivían sensorialmente, es decir, de manera inconsciente. Y así, el hombre dio su primer paso, en evolucionar o despertar de la subconsciencia, en elegir el conocimiento en lugar de la vida, la razón en lugar del instinto. Tomó consciencia de sí mismo: supo que era desnudo, supo del bien y del malo, supo quién era… asombrosas cosas le fueron descubiertas, pero, al mismo tiempo, una desventura con características casi de catástrofe.

Por primera vez (el hombre) sintió que se le rompían las ataduras instintivas que lo ligaban al paraíso de aquel hogar feliz. Comenzó a experimentar la típica soledad de un exiliado, de alguien que ha sido expulsado de una venturosa patria. Se sintió solitario, porque comenzó a percibir que ahora era el mismo, diferente de los demás y separado de todos; que ya no estaba integrado unitariamente en el inmenso panteón de la creación. Y por primera vez, sintió tristeza, miedo, soledad, vergüenza, etc.

Antes la vida se le daba hecha, espontánea y deliciosamente; ahora tendría que aprender a dar los primeros pasos con trabajo y fatiga. Antes el vivir era un hecho consumado, ahora un arte. Antes una delicia, ahora un desafío. De ahora en adelante, el interrogante será su pan y la incertidumbre su atmósfera.

La verdad es, este despertar de la conciencia fue equivalente al drama de un nacimiento: en el vientre materno, la criatura todo lo tenía asegurado (respiración, alimentación, protección) sin esfuerzo alguno. Vivía en unidad perfecta con la madre, en una simbiosis plenamente gozosa, sin riesgos ni problemas. Una vez, sale a la luz, y todo son problemas: para respirar, desplazar, comer, trabajar, cuidarse, resolver problemas, aprender a vivir hasta la muerte.

Ahora, resulta que el hombre, pensándolo bien (es decir tomando conciencia) está arrepentido de tal decisión; mide con precisión sus posibilidades y también sus impotencias, limitaciones e imperfecciones, se siente desvalido, impotente e incomprensible para sí mismo.  De ahí le surgen los interrogantes: ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué hacer conmigo mismo? Y ante todo lo que enfrenta en el mundo, se ha preguntado ¿En qué dirección huir? Desafortunadamente, ya no puede regresar al paraíso de la etapa pre-humana, de aquel lugar feliz ya que está clausurada. Y, el hombre comenzó a experimentar la típica soledad de un exiliado. Viendo cerradas todas las salidas de la ciudad, el hombre pensó y deseó por primera vez la falsa salida de la muerte.




Después de todo ello, me pregunto:
  • 1.    ¿Realmente Eva necesitaba la sabiduría y conocimiento, por los cuáles fue engañada? ¿Suponemos que los necesitaba, entonces para qué, si ya tenía todo?  

Pienso que, a nosotros, sí, los ocupamos hoy en día; ya que no tenemos, de manera física, a nuestro alcance “el árbol de vida”. (Digo de manera física, porque espiritualmente sí, está a nuestro alcance por medio de Jesucristo). Por lo tanto, usamos la ciencia (sabiduría y conocimiento) para mejorar y simplificar los quehaceres cotidianos, para aportar soluciones a problemas con que enfrentamos, para entender la naturaleza, para mejorar la salud y también, por otro lado, para destruir en cierta forma a nuestro planeta, a la vida de otros. Pero en aquel tiempo (de Adán y Eva) no era necesario porque ellos tenían todo lo que se podría imaginar, hasta la presencia del gran Creador “Dios” estaba con ellos.

El árbol de la vida: Como dice su nombre, es la fuente de vida. Hoy en día, todo lo que hacemos es para sobrevivir o vivir. La vida es la meta y el anhelo de todo ser; aunque no lo has visto de esta perspectiva, tal vez dirías que lo más preciado para ti es “la salud” o cualquier otra cosa, pero sin la vida no vale nada lo que tienes ni tus deseos ni tus logros. Por esa razón, se puede decir que Adán y Eva tenían todo.

Has pensado que otra cosa seria el mundo o la humanidad, si ellos hubieran comido primero del árbol de la vida, el cual ignoraron. Porque así lo dice génesis “hubo dos árboles en el fondo del jardín “el árbol de la vida y el árbol de la sabiduría-conocimiento” y tenían permiso de comer de todos los árboles excepto ese último mencionado.

  • 2.    ¿Vale la pena seguir culpando a la decisión de Adán y Eva?

No mientras que aún seguimos comiendo y gozando del árbol de conocimiento. Cierto es, el árbol de la vida, físicamente, no está visible y a nuestro alcance, pero si, está más cerca que nunca por medio de Jesucristo, la fuente de vida. El verbo de Dios, por medio de quién fue creado todo incluyendo el árbol de la vida, Él está a nuestro alcance día y noche, las 24 horas llamando a la puerta de nuestra casa para ser probado. Pero, la mayoría de nosotros, los humanos obviamente, rechazan de abrirle la puerta e invitarle a que pase. Me pregunto, hasta cuando seguiremos culpando a Adán y Eva, tratando de justificarnos. De cierto, hubiéramos también tomado la misma decisión que ellos. Si no es así, te invito pues, unirte a mí a hacer lo contrario.

  • 3.    ¿Y por qué he de optar por el árbol de la vida en lugar del conocimiento?

Son varias las razones.

a)    La experiencia con la decisión tomada por nuestros antepasados es notoriamente costosa y no la mejor. Por ello seguimos sufriendo, teniendo al interrogante como nuestro pan cotidiano y vivir en una atmósfera de incertidumbre.

b)  Desde aquel entonces, nuestra conciencia nunca ha estado en paz, los problemas nunca se acaban, cuando uno se fue otro está ya a la puerta. El dolor, la tristeza, el miedo, la enfermedad, son lo que reina. Nos privamos del conocimiento a unos cuantos, todos buscan para sí. “Sálvese quien pueda” nuestro lema. Se ha esfumado la simbiosis, la amistad y la armonía primitiva entre los humanos y la naturaleza.

c)    Apocalipsis 22 nos dice porque nos conviene optar por el árbol de la vida; razones como:
  • Ya no habrá más maldición ni dolor ni enfermedad.
  • Ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos”.